VOCERO de Damià Díaz
Impresión digital sobre metal.
150 x 150 cm
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BURLA de Damià Díaz
Impresión digital sobre metal.
150 x 150 cm
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DESARRAIGO de Damià Díaz
Impresión digital sobre metal.
150 x 150 cm
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CAJA DE RUIDOS de Damià Díaz
Escultura de aluminio.
150 x 200 cm
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DECADENCIA de Damià Díaz
Escultura epoxi-resina.
Und. 100 x 50 x 50 cm. / Conjunto medidas variables
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DIBUJO 1 de Damià Díaz
Cartón + collage
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ESTUDIO1 de Damià Díaz
Aluminio
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SOLO de Damià Díaz
Escultura epoxi-resina.
100 x 50 x 35 cm
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TRANSVERSAL de Damià Díaz
Escultura epoxi.
65 x 55 x 35 cm
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DAMIÀ DÍAZ

Alicante, 1966.

El artista Damià Díaz y el galerista Jaime Pérez Zaragozí charlan sobre su primera colaboración expositiva en Parking Gallery, “El Espacio entre las Palabras”. Frente al mar, intercalan preguntas, repuestas y reflexiones acerca del arte o sus vivencias personales. Se escuchan, se sinceran y sobre todo se respetan.

¿“El Espacio ente las Palabras” es un proyecto expositivo ambicioso para los tiempos que corren?

Yo sólo se crear mirando hacía delante. Avanzar es vital aunque a veces no sepas ni como ni hacía dónde ir. Un artista no puede quedarse en el pasado, en mi caso necesito investigar, testar nuevo materiales, dejarme arrastrar por el proceso creativo.

El proyecto fue creciendo y junto al Instituto Cervantes de Bruselas se sumó las ganas de hacer algo con vosotros en Alicante. ¿Y ese “Espacio” al que alude el título dónde está?

Está en el silencio. Desde el silencio creamos, escuchamos, sentimos. Hay demasiado ruido. “El Espacio entre las Palabras” es dónde el artista habita y en el qué se aísla del entorno. En muchas ocasiones es sólo una excusa para distanciarse del mundo y en otras una necesidad imperiosa de encerrarse en si mismo.

Tus obras dejan al espectador cada vez más libre a la hora de interpretar tus creaciones huyendo de conceptos predeterminados ¿te sorprenden sus percepciones? Más que sorprenderme o provocarlas me atrae la idea de la belleza natural en el sentido más amplio de la palabra. Esa belleza que atrae de una manera inconsciente para deleitarnos o decapitarnos brutalmente. Me gusta que el espectador se acerque a mi obra, la observe y se sienta acariciado o excitado pero nunca agredido. No me gusta la provocación gratuita, creo que el espectador muchas veces está por delante del arte que le toca vivir. Hay que sugerir, no herir.

¿Algo así cómo una convocatoria a la recreación?

Si, creo que a las imágenes nos acercamos, las observamos y las olvidamos. Si conseguimos que transmitan un pensamiento, el pensamiento perdurará. No puedo evitar sentirme atraído por esas vivencias, que sabes de antemano que vas a olvidar, que van asociadas a olores, a la infancia, a momentos de nuestra vida que aparentemente hemos olvidado pero que sin duda han dejado mella en nuestro ser.

Me encantaría poder mostrar tus cuadernos de trabajo pero respeto que seas un artista púdico con tus procesos de creación. También eres reservado con los medios y en cierta manera has estado al margen de los circuitos expositivos más habituales ¿A que se debe?

Creo que los circuitos pueden agotar o desgastar la trayectoria de un artista innecesariamente, sin olvidar que suelen estar altamente contaminados (politizados). Tampoco ha sido una decisión premeditada. Desde muy joven empecé a trabajar con el marchante de arte Klaus Kramer, él se ocupaba de la parte del mercado. Eso me permitía tener tiempo y medios para crear y crecer.

Llevas toda tu carrera con Klaus , juntos habéis hecho una gran trabajo en España y sobre todo en Holanda, Bélgica, Alemania, Francia ¿Cómo se consigue mantener una unión artística tan longeva en un mundo tan promiscuo como el del arte?

Kramer es ya por encima de todo un amigo. Desde el principio me ha dado todas las facilidades que he necesitado, nunca me ha marcado tiempos en el proceso creativo ni he sentido las presiones del mercado del arte. Gracias a esta manera de trabajar he podido pasar de la pintura a la escultura sin prisas, de lienzo al metacrilato sin presiones, he investigado y sobre todo he contado con su apoyo incondicional. Lo nuestro ya no es trabajo, es amistad.

Me fascina ver como tus dibujos se convierten en esculturas y como tus esculturas inspiran obras gráficas. - He de reconocer que desde tus primeras exposiciones, siempre me sorprendió la calidad de la producción de tus obras en alguien tan joven por aquel entonces ¿Qué importancia das a los materiales a la hora de crear?

Para mi la importancia del soporte es crucial en el desarrollo de una obra. He investigado mucho, he producido obras de costes demasiado elevados, me he equivocado, he rectificado pero no puedo evitar sentirme atraído por los nuevos materiales y emocionarme con los resultados que se pueden obtener. Esta necesidad de innovación siempre ha tenido como eje la figura humana y sobre ella todo han sido como una sucesión de actos reflejos que me han llevado de una disciplina a otra sin darme cuenta.

Por otro lado quiero agradecerte que hayas confiado en un proyecto novel como Parking Gallery. Nosotros ya manteníamos una buena relación artista/cliente pero cuando decidimos convertirnos en sujeto activo y abrir la galería he de reconocer que nos hacía mucha ilusión trabajar contigo. ¿ Qué valoras a la hora de elegir un espacio expositivo?

Mis proyectos expositivos siempre van condicionados por el espacio. Son proyectos planteados “in situ”. Las salas que tienen una arquitectura especial, que plantean un reto, me motivan a la hora de seleccionar las obras y dar forma a la muestra. A veces pienso que sería más sencillo trabajar siempre en “white cubes” pero creo que los artistas somos también arquitectos de una sociedad efímera dónde todo acaba siendo trasformado así que adaptar las piezas a su nuevo entorno me parece fascinante. (…)

Playa del Albir.

20 de Agosto 2012.


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